martes, 24 de abril de 2007

El regreso de La Culpable



Radiochú y La Pulga

Valentino Sibadón inaguró su primera individual en el espacio de La Pulga el miércoles pasado (18 de abril 2007). A Radiochú ya lo conocia, porque toca el tecladito en un grupo que se llama Nosotros la Gente. Es un bicho valiente, muy amarillo y con una sonrisa llena de dientes. El espacio de la Pulga es pequeño, casi claustrofóbico, cinco personas se apiñan al centro del cuarto para poder apreciar la obra, cuidando con no chocarse con el Radiochú tamaño natural. Luego está el Pinball-chú y tres retratos del bichito, de una onda muy íntima y melancólica. Radiochú es un bicho de la calle cuya misión es poblar las grises paredes limeñas. A modo de contexto, dos imagenes ilustran el trabajo de la calle: los grafiteros y sus archienemigos: el serenazgo. El mensaje de Radiochú se estampa en todo, gritando diversión! diversión!, corriendo y saltando. Para terminar, todo el espacio restante ha sido ocupado por el merchandizing, bicho original a china. Hojas de block, pedazos de cajas, maderas, trapos, guías de teléfonos y etcéteras, Radiochú está en todo y para todos. No dejen pasar esta oportunidad. (por: Calabaza rodante).
Radiochú en concierto de Nosotros La Gente del jueves 19, La Noche de Barranco.

lunes, 9 de abril de 2007

MANOLO GARCÍA en Lima (viernes 27/04)

Gran noticia: Manolo García, fundador de "El última de la fila", viene por primera vez a Lima y promete tocar, además de sus cosas como solista, lo mejor de aquel legendario grupo español ochentero. Les copio aquí una entrevista, a cargo de Enrique Planas, que fue publicada el pasado 1 de abril en Luces de El Comercio.




"Soy un obrero del rock"

LA VOZ DEL ÚLTIMO. Sentado en un rincón de una típica bodega catalana, Manolo García es fiel a un mundo esencial y eterno. Ajeno a la velocidad y las obsesiones de la urbe moderna. Las letras de sus canciones tienen que ver con ello.

MANOLO GARCÍA. La voz de "El Último de la Fila", grupo imprescindible del rock español de los 80 y 90, colecciona hoy discos de platino como solista. Venir a Lima era una tarea pendiente que recién ahora puede cumplir. Por Enrique Planas.


Un periodista en plena rueda de prensa soltó la broma: "¿Manolo García es un nombre auténtico o artístico?", le preguntó. El vocalista y letrista de Los Rápidos, Los Burros y luego de una banda fundamental como El Último de la Fila, recuerda divertido la anécdota. "Mi nombre me ha servido como rampa de lanzamiento -explica-. Es tan simple que no falla, se queda allí...". Ciertamente, la modestia no se queda solo en el nombre. Al otro lado de la línea telefónica, en su departamento en Barcelona, Manolo García no se siente, para nada, una estrella, aunque las ventas de sus discos podrían desmentirlo: con 26 años de carrera, el cantante y músico catalán ha vendido más de 2 millones de copias de sus discos en todo el mundo. "Siempre digo que soy un obrero del rock. Y lo digo sinceramente. He picado piedras mucho tiempo y he aprendido que, en la vida, la sencillez es lo mejor para caminar por el mundo", señala.
Y en ese largo camino, el Perú será una de sus estaciones. Manolo García viene a tocar el próximo 27 de abril, en el centro de convenciones del hotel María Angola. Y aunque lleva ya una década presentándose como solista, es consciente de que el público limeño no le perdonaría irse sin compartir temas del repertorio de la notable banda integrada además por Quimi Portet. "En España, en mis giras, prácticamente no toco más de dos canciones del grupo -dice-. En el caso de Perú, me queda claro que hay un afecto grande, a pesar de que El Último de la Fila no visitó jamás el Perú. Voy a preparar unas cuantas más por deferencia: 'Como burro amarrado a la puerta del baile', 'Llanto de pasión', 'Insurrección' las cantaré con sumo gusto", promete.

Hay que hacer concesiones al público nostálgico... Hay que ser un poco flexibles. Continuar haciendo el repertorio de 'El Último' de una manera extensa sería una falta de respeto para con el público, para conmigo mismo y para con Quimi Portet. Yo no soy el último de la fila. Fui solo la mitad.

Siempre has procurado mantener tu vida privada lejos de la atención de los medios. Para alguien que vende cientos de miles de discos, supongo que no es fácil librarse de la presión de los medios... Para mí no implica ninguna dificultad. Cuando empecé a enamorarme de este oficio mi ilusión era ser músico, no ser famoso. No pretendía ganar dinero ni salir en televisión. Estaba ilusionado en tocar, y pasé los diez primeros años haciéndolo sin que nadie nos conociera. Tocábamos en fiestas populares, bautizos, bodas, cualquier acto religioso; acudíamos adonde nos llamaban en una humilde furgoneta donde llevábamos los instrumentos. No éramos populares, éramos simplemente músicos. Y sigo en esa idea. Si tus discos llegan a mucha gente, necesitas difundir un poco tu imagen. Pero de allí a abrirte y contar tus intimidades me parece de mal gusto. No tengo la vanidad de pensar que mis asuntos personales interesen a alguien.
Tocabas en bautizos y matrimonios con el grupo Materia Gris, que luego se llamó Satán. ¿Funcionaba ese nombre en fiestas religiosas? (Ríe) Finalmente el nombre es lo de menos. Imagínate: Los Burros era un nombre terrible. En España había lugares donde el alcalde no quería contratarnos porque no les gustaba el nombre del grupo.
¿Y cómo apareció el nombre de "El Último de la Fila"? Muy sencillo: después de fracasar reiteradamente, publicando discos que vendían 1.500 unidades cuando otros artistas vendían 300 mil, te consideran un grupo con dudosísimo potencial. El primer intento fue Los Rápidos, el segundo Los Burros y a partir de allí ninguna compañía de discos quería firmar con nosotros. Estaba claro que éramos un grupo perdedor.
La chica fea con la que nadie baila... Exacto. Incluso llegaron a decirnos "Bueno, lo intentasteis dos veces", ya es el tiempo de dejarlo". La verdad es que no teníamos intención de dejarlo, sabíamos que allá donde tocábamos siempre había un público aficionado al rock que nos seguía. Teníamos fe en nuestra tarea. De todas maneras, para curarnos en salud, decidimos titular al grupo "El Último de la Fila" para que nadie más se riera de nosotros ya que nosotros lo hacíamos antes.
¿Y en ese cambio de nombre vino también un plan para madurar la propuesta musical? Es evidente que canciones de Los Burros, como "Huesos" o "Mi novia se llamaba Ramón", son muy distintas de los temas de El Último de la Fila... Fue una evolución natural. Como persona te vas enriqueciendo. Culturalmente vas ampliando tu horizonte. Siempre hemos sido tipos muy curiosos, con ganas de aprender. Una banda de rock no son necesariamente cuatro tipos peludos dedicados a dar saltos sobre un escenario. Hay bandas de todo tipo. Nosotros no pretendíamos ser un grupo sesudo, intelectual, para universitarios, pero sí teníamos el interés de que las letras fueran correctas y que la música estuviese en sintonía con lo que decíamos en las letras.
Cuando nadie lo hacía, ustedes trabajaban la fusión de estilos, añadiendo flamenco y aires árabes a las canciones. Algo que hoy todo el mundo hace... El hálito de la historia flota en el ambiente y en la música. En el sur de España funciona así. Gran parte de La Mancha apenas hace 600 años era el Califato de Córdoba. Por otro lado, el verdadero aficionado a la música no se conforma con escuchar composiciones de bajo, batería y guitarra eléctrica. Me gustan muchísimo bandas como Cold Play o Green Day, pero también me gustan el tango y las rancheras. Ahora mismo, en el Barrio Gótico de Barcelona, puedes encontrar un grupo peruano que toca con sus flautas y su percusión. Te aseguro que no soy el único que me paro a escucharlos un buen rato. En la parte 'aflamencada' de la música no podría ponerme medallas que no son totalmente nuestras. Hay casos anteriores, grupos sevillanos de los años 70 que sonaban muy arábigos, muy del sur, muy andaluces. Todos hemos oído un poco de todos.
¿Crees que parte de tu público se resintió con la separación de El Último de la Fila? Hubo cierta tristeza. Claro, era un grupo con muchas giras y conciertos a sus espaldas. Habíamos hecho un montón de amigos y, claro, las despedidas siempre son tristes. No obstante, dejamos claro que no era un abandono. Tanto para Quimi como para mí, la música es nuestra vida. Él ha continuado su carrera, publica periódicamente sus discos en catalán. Yo he grabado tres discos en solitario. Rápidamente el público español entendió que era una manera nueva de presentarnos, por separado.
Se dice que tu ruptura con Quimi Portet ha sido una de las más amigables en la historia del rock español... Pienso que ha sido así. Nosotros lo meditamos y lo hablamos con calma. Entendimos que el discurso del grupo estaba agotado. No era demasiado digno continuar repitiendo fórmulas. Quimi me dejó bastante claro que él estaba interesado en tener un discurso propio, no siempre depender de una banda. Ahora mismo no tenemos una relación musical pero sí una relación amistosa.
¿Y cuánto ha cambiado tu música con respecto al grupo? Evidentemente hay un componente común en la música de El Último de la Fila y mi propia música: el cantante. Esa responsabilidad pesa, decanta la balanza hacia un lado. No obstante, mi música en solitario es diferente. Hago pop rock, rock, mestizaje, utilizo diferentes instrumentos. Quizá pueda ser un poquito más lírico que El Último de la Fila. No lo sé. Son tiempos diferentes y todos cambiamos. Es imposible ser el mismo de hace 12 años.
Hablando del lirismo de tus canciones... ¿Cómo trabajas tus letras? Viviendo una vida al pie de calle, con naturalidad. Pretendo que haya poesía, pero no artificio. Busco que no se vea el andamiaje. Como sucedía en El Último de la Fila, el texto en las canciones es importantísimo, tanto Quimi Portet como yo somos dos aficionados a la literatura, al arte en general. De alguna manera, cuando vas desgranando una nueva canción, de ti aflora ese sedimento de cine, de pintura, de literatura, de poesía. Yo vivo en una sociedad industrial, donde, por suerte para el país, hay trabajo. Pero por otra parte se pierde la cultura rural. Esas culturas seculares me provocan una gran añoranza. Mi forma de hacer canciones es dibujar lo que no tengo y lo que quizá no volverá nunca.
Sé que te criaste de niño con tus abuelos, en un pueblo rural. ¿Tus recuerdos de infancia nutren especialmente tu música? Sí, de alguna manera. La patria principal de uno es la infancia. Luego hay más cuestiones. Soy de la idea de que no se puede perder el trabajo de un labriego o de un pastor, trabajadores quienes, finalmente, nos dan la comida. Entiendo que los países tienen que desarrollarse, pero debería haber un balance con la continuidad de lo rural. Cuando pierden esa cultura, los países quedan desangelados. En el mal llamado primer mundo nos dedicamos a fabricar millones de objetos que no sirven para nada, solo para gastar dinero. Pero la persona que dedica su energía, su ilusión y su cariño a hacer comida, tiene una satisfacción intrínseca. Quiero dibujar eso en mis letras.
Vives en una Barcelona que no guarda ningún recuerdo de su pasado rural. ¿Tienes algún lugar donde corres a refugiarte de la modernidad? (Ríe) Soy un 'urbanita' no convencido. Los estudios de grabación, los locales para ensayar, toda la parafernalia que necesita un músico está en la ciudad. Yo no reniego, entiendo que las ciudades son importantes fuentes de empleo. Pero sí me permito pedir respeto por la naturaleza, que cada vez más nos demuestra que debemos tenérselo. Los últimos informes científicos sobre el cambio climático dan cuenta de ello. No reniego de mi condición urbana, pero teniendo eso, no es justo perder lo otro.
Sé que tienes una afición muy temprana por la pintura. Un libro que recopila tu trabajo plástico se titula "Vacaciones de mí mismo". ¿La pintura te sirve para descansar de tu personaje en el escenario? Es correcta la idea. De alguna manera, la tarea del músico popular, que viaja continuamente a ofrecer conciertos, necesita a veces un retiro para reencontrarse consigo mismo. Para mí, la pintura es un refugio, un lugar donde me acomodo de una forma muy relajada. Me sirve para alternar el tiempo de salir al exterior con el de recogimiento.

COMO SOLISTA:
Arena en los bolsillos (1998). El primer capítulo de su aventura en solitario arrancó más aplausos de lo que la voz de El Último de la Fila jamás imaginó. Este trabajo superó las 400.000 copias vendidas. Aires populares y guiños flamencos, deudor del estilo de la banda disuelta en 1996 (BMG ARIOLA).
Nunca el tiempo es perdido (2001). Mantiene la melancólica y el flamenco tan presentes en su carrera, jugando con la música árabe, los oropeles mediterráneos, las coplas populares y, cómo no, la poética marca del autor (BMG ESPA ÑA).
Para que no se duerman mis sentidos (2004). Manolo se hizo esperar para lanzar su tercer trabajo, producido por él mismo, en que investiga en la música popular brasileña. Son dieciséis temas de gran significado y fuerza, siempre poéticos (BMG ESPA ÑA).

Especial PLACEBO en The Factory (sábado 21/04)

SABADO 21 DE ABRIL: PLACEBO E L E S P E C I A L
(VIDEOGRAFíA - RAREZAS)



A pedido del público interesado en esta banda brintánica iniciada en los 90`s ( Londres 1994 ) se realizará en THE FACTORY, y a Cargo de Dj Lapsus y Dj Joseph Olivares, PLACEBO - EL ESPECIAL Videografico.

Este especial tendra 4 bloques interesantes con temas de sus discos :
Placebo (1996), Without You I'm Nothing (1998), Black Market Music (2000), Sleeping With Ghosts (2003), Once More With Feeling. Singles 1996-2004 (2004) y Meds (2006)

También veremos una entrevista a la banda (al inicio de la noche ), así como sesiones de temas que realizaron en conjunto con otros artistas importantes (The cure, David Bowie,The Pixies y fragmentos de sus mejores conciertos y presentaciones).

Luego del Especial la música sera colocada durante toda la noche por Dj Lapsus y Dj Josep Olivares, colocando lo mejor de New Wave, New Romantic, Indie, Post Punk, Brit pop y Electro.

SABADO 21 DE ABRIL
THE FACTORY - Av. Arequipa 1505 - Lince (2do Piso)
Entrada: 5 Soles (entrada libre para las damas hasta la medianoche)

Las primeras 30 entradas recibiran un Vcd Con videos escogidos de la banda y otras 20 recibiran otras sorpresas.

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